domingo, 8 de mayo de 2011

Amistad

Debí ser buena, porque los reyes me trajeron el mejor regalo, una amistad de esas que llenan. Ya había tenido una, pero la perdí y en mi carta no hubo más peticiones ya que no pensaba que existiese otra igual.
Pero algo debí hacer bien, ya que cuando he mirado alrededor me he dado cuenta de que estoy rodeada de buenos amigos, de esos que si necesitas algo... ahí estan, si tienes que llorar te dan un pañuelo y te escuchan pero sobre todo te hacen reir y ríen contigo.
Así que ahora estoy disfrutando de mi regalo, como los niños pequeños, con ilusión, viviendo cada día más maravilloso que el anterior, reconfortado porque a pesar de que me falten otras cosas, esa amistad siempre está ahí, cálida y refrescante, diversa y sorprendente, constante y fuerte, cada uno de ellos a su estilo, sé con quien debo soltar mis penas, con quien puedo reir hasta llorar, quien me da un abrazo cuando el frio aprieta y quien animará mi fuego cuando la desilusión llame a la puerta.
Antes, el miedo a perder lo que se ama y aprecia conseguía ensombrecer todo lo bueno que vivía, pero ahora parece que ya aprendí, en esta tómbola de existencia todo viene y va, antes palidecía porque se fuera, ahora no, en este momento solo pienso en que lo tengo y si mañana ya no está, ya vendrán otras cosas, otros momentos. Disfruto el presente, mi regalo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario